Taller de Análisis Postural

¿Qué tan importante es nuestra postura?

Nuestro sistema musculoesquelético se ve afectado a diario, más aún y a largo plazo, por la forma de sentarnos, la forma en que estamos de pie, e incluso en la forma en la que caminamos.

Probablemente sin saberlo cada día ponemos en práctica malos hábitos en relación con nuestra postura, los cuales generan en nuestro cuerpo un desbalance y tensión muscular que pueden agravar nuestra salud. Una mala postura afecta de manera importante la habilidad que tenemos para movernos correctamente y por tanto nos puede impedir realizar las actividades diarias de manera armónica – deteriorando con el tiempo y sin darnos cuenta nuestro organismo.

Cuando una articulación se encuentra en un patrón anormal los ligamentos se estiran y disminuye la eficacia de la articulación, lo cual a su vez genera un mal patrón de carga tanto en los ligamentos como en la articulación. La mala postura también puede acortar las fibras musculares, resultando en un desbalance del sistema esquelético. Todo esto tiene efectos adversos en las articulaciones y causa dolores musculares y articulares especialmente en el cuello, hombros y espalda.

La mala postura no solo está asociada a dolores musculoesqueléticos, sino que también puede influenciar nuestras emociones y afectar a nuestra apariencia física.

Un examen de postura le permite al quiropráctico descubrir estos patrones anormales de tensión y desbalance muscular y enfocarse en ellos para reducirlos e inclusive corregirlos.

Una persona con buena postura se mueve con una columna vertebral en equilibrio, al igual que todas las articulaciones de su cuerpo también lo están. La buena postura es esencial para que nuestro cerebro pueda recibir una adecuada señal sensorial para saber en donde se encuentran las extremidades en el espacio, así como también una sensación de equilibrio corporal. Si nuestro organismo funciona de manera eficiente, consumimos menos energía y por tanto nos sentiremos menos fatigados. Una buena postura ayuda en el balance de nuestro cuerpo, así como a mantener sanos a nuestros órganos.

Nuestra postura puede mejorar e incluso corregirse mediante:

1. La reeducación de nuestra postura a una forma correcta de estar de pie, sentado, acostado y caminar.
2. Un plan de ejercicio diseñado por tu quiropráctico o fisioterapeuta que permitan estirar y relajar los grupos de músculos involucrados.
3. Práctica regular de pilates, Tai-Chi, Yoga y natación.
4. Un cuidado quiropráctico regular.

Adoptar una buena postura aliviará la mayoría de tus problemas musculoesqueléticos, sentirás más energía y en definitiva tendrás una mejor calidad de vida hoy y en el futuro.

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